Descongélate y saca las chancletas a pasear! Txankletak bai, galtzerdirik gabe
Los cubanos estamos tan atrás que estamos muy adelante. Azkena ez da beti ipurdi gizena Estar fuera del mundo, sumergidos en una crisis económica que no tiene final, tiene su ventaja: aprendes a darle la vuelta a todo y conviertes cada problema en una oportunidad. Sentitu, pentsatu eta ekin! Este es el flow que Clandestina te trae.
¿Qué es Clandestina?
Fundada por una donostiarra y una cubana, Clandestina es un milagro improbable que después de siete años se ha convertido, gracias al esfuerzo de un equipo comprometido, en uno de los emprendimientos cubanos con mayor proyección internacional. Su sede y centro de producción está en La Habana donde con mucho esfuerzo, energía y amor diseñamos y producimos Clandestina. Eta harro gaude.
¿Qué hacemos?
Moda cubana sostenible: camisetas, accesorios y ropitas varias. Lo que se nos ocurra. Venimos de la gráfica así que somos todo color.
Nuestros productos explotan de creatividad, de sentido del humor, de las buenas ideas y de energía positiva. Todo llega de una isla distinta. Una isla sin invierno, con tremendas playas, con mucha fiesta, y con mucho arte, mucha música y también con mucho diseño. Y sobre todo con un producto extraordinario, algo que solo se puede encontrar en Cuba. Lxs cubanxs y su sentido de la vida: la vida es un carnaval, así que ¡a gozarla!
Nos inspiramos en el “resolver” cubano, el humor y la suspicacia, la resiliencia y la independencia, la fuerza de nunca pararse, de seguir adelante ante cualquier adversidad y la audacia de darle la vuelta a todo. Y somos sostenibles, porque reciclar está en la genética de los cubanos. Y resistir en la de lxs vascxs.
Asere, estamos en Donosti
Las vascxs y las cubanxs no cuajan. No tienen nada que ver. Son como el aceite y el agua. Pero la buena noticia es que se complementan. Las propiedades que le faltan a unx le sobran al otrx. Y ocurre que, si un vascx y un cubanx se conectan, emoixtaxu muxutxue, si encuentran un espacio de comunicación, maittie cómo fluye la cosa hartuixu guruxun guztixe. Ahí todo alcanza un nivel superior eroaixu bixotz tristie zure bixotzarekin y pueden pasar cosas extraordinarias.
Con Clandestina la cosa fluye y toda la energía cubana y vasca se unen para crear un motor todoterreno. Una máquina que consigue licuar la natilla cubana, etxeko mamia, el ritmo caribeño lento, la lija de “todo para mañana”, y ¡hacerla funcionar! La misma máquina que derrite un témpano y se convierte en otra máquina, pero la del perreo. ¡Calienta! ¡Bero-bero sopas en caldero!
Clandestina no es una marca al cincuenta y cincuenta. Porque esas matemáticas en la vida no se dan clavadas. La mezcla para nada es perfecta. Y de esa imperfección todo sale. Del querer que todo funcione pero que no te importe nada. De la planificación y la mente organizada que por fin se deja llevar rico por el destino. Porque la vida siempre te sorprende. Y hay que gozarla, porque es un carnaval, y hay que bailar y echarle a todo muchas ganas y mucha alegría de vivir.
Esa es la combinación bi eta bi ez dira beti lau, sardina bakalau que le permite a unx superar cualquier obstáculo y mirar todo desde otro punto de vista: como si ciertamente estuvieras viviendo en el Caribe, con una cerveza helada en la mano, medio en cueros, fresquito y dejando que las olitas de agua cristalina y rica te mojen el dedito gordo del pie. Y no como en Donosti, que te pilla la ola, sales en bolas ta olatuak zaitu irentsi.